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Con 21 me hinchaba a cerveza.

Recuerdo cuando tenía 21 años y vivía en Dublín (engordé 5 kg en pocos meses y me movía menos que un seto).

Verás.


Salía los lunes, los martes, los miércoles, los jueves...

No te engaño: todos los días de la semana.



Me hinchaba a cerveza y me levantaba con resaca.


¿Y sabes?



Estoy orgulloso. No solo bebía; no te pienses. Fregué muchos platos, aprendí poco inglés, conocí a muchos polacos, me mojé mucho y volé del nido.



No era muy fan de la Guinness.



¿Y ahora?


Ahora miro para atrás, y pienso, ¡joder Iván, cómo crecimos en Dublin!




Te cuento esto para recordarte algo: qué vivas la vida; y que la vivas desde el asombro, y desde la curiosidad.


¿Significa que te tienes que beber cerveza como hacía yo con 21 años?

Para nada.


Significa que si la vives desde el asombro, desde la curiosidad y desde el aprender; vivirás más intensamente. ¿No va de esto sino la vida?

Mira si no a tus hijos.



¿Y?

Nada.

Solo decirte que estos libros son para cultivar esto precisamente:


Asombro

Curiosidad

Aprendizaje


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